El 26 de marzo de 1971, asume Lanusse, auténtico caudillo militar del arma de caballería del Ejército, y fuertemente identificado con una postura política fuertemente antiperonista.
Reconocido por sus habilidades políticas, durante su mandato Lanusse evidenció características de un agudo pragmatismo. Su principal objetivo fue aplicar cambios políticos sustanciales; fundamentalmente en lo que respecta a la relación gobierno y partidos políticos, aunque asegurando que las Fuerzas Armadas desempeñaran un rol activo en el proceso de democratización.
Para dar cumplimiento efectivo al cambio de rumbo estratégico, Lanusse da por finalizado el período de represión política impuesto desde los comienzos de la Revolución Argentina, restituyendo las libertades públicas y privadas, levantando las proscripciones y asumiendo el compromiso emanado del documento de la convocatoria La Hora del Pueblo, para luego lanzar mediante Mor Roig, el Gran Acuerdo Nacional (GAN).
Como primeras medidas de importancia Lanusse nombra ministro del Interior al dirigente radical Arturo Mor Roig (con la aprobación de Balbín), repone a Manrique en Bienestar Social, promete que convocará a elecciones generales en 1973 y propone un Gran Acuerdo Nacional, que no define pero que parece incluir su propia candidatura presidencial con el apoyo peronista. Roig impulsa el G.A.N., que proponía un acuerdo entre las principales fuerzas políticas a fin de restablecer las reglas del juego electoral y del régimen político democrático y hacía una amplia convocatoria a toda la ciudadanía para que participara activamente en este proceso. Meses después, hace entregar a Perón, en su casa de Madrid, el cadáver de Eva Perón, en lo que califica como un acto de civilización cristiana sin ninguna connotación política. Los restos habían estado enterrados en Milán, bajo un nombre falso, desde 1955. Esta acción, por sobre las razones humanitarias que expone Lanusse, tiene dos principales causas. Por un lado, adelantarse al posible descubrimiento del cadáver por los peronistas, que estaban cerca de saber su paradero, y por el otro, la intención de descongelar el diálogo con los peronistas y mejorar la mirada del peronismo hacia el régimen militar, como un acto de benevolencia.
El mismo día de la entrega del cadáver, Lanusse legaliza el Partido Justicialista, levantando una larga proscripción, otra muestra de la apertura del poder a los peronistas.
En tanto, las organizaciones guerrilleras (Montoneros, F.A.R., F.A.R.P., E.R.P y otras) siguen asestando golpes y se sienten respaldadas por el explícito apoyo del líder justicialista en sus declaraciones. Mucha gente empieza a creer que sólo Perón podrá restablecer el orden.
Frente a los grupos armados, que cada vez más atacaban objetivos gubernamentales, la acción del gobierno es de represión, y a veces, de aniquilamiento. Esto se ve en los sucesos de principios del año 1972 en Trelew, Chubut, cuando son masacrados, en un
Lanusse decreta una reforma temporaria de la Constitución por la cual los candidatos que no alcancen el 50 por ciento de los votos tendrán que ir al “ballotage”. Al mismo tiempo, dispone un plazo obligatorio para que quienes quieran ser candidatos renuncien a la función pública en caso de que la ejerzan y encontrarse en el país. Esto significa que abandona su propia candidatura y que Perón, si no puede regresar antes del plazo, tampoco podrá ser electo.
El 14 de Diciembre Perón anuncia la fórmula para el FREJULI: Héctor Cámpora - Vicente Solano Lima, y deja constituido un frente electoral que incluye al justicialismo y a otras fuerzas menores. Por su parte, la U.C.R. realiza elecciones internas y Balbín obtiene la candidatura presidencial. Raúl Alfonsín, su adversario, logra el 42 por ciento de los votos radicales.
Cámpora gana las elecciones con el 50% de los votos en la primera vuelta, y la UCR reconoce la victoria del peronismo, bajándose del ballotaje.
El 25 de Mayo de 1973, Lanusse entrega las insignias del poder al presidente electo Héctor J. Cámpora.
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